Gabriel Antonio Goyeneche Corredor, nació no se sabe cuándo porque jamás reconoció su verdadera edad ni nadie consiguió ver su cédula de identidad. "Esa es una pregunta que no se le debe hacer a las mujeres ni a los políticos", dijo en cierta ocasión. Su abuelo conoció a Simón Bolívar, en vísperas de la batalla de Boyacá. Le ofreció cama y comida; la cama con mujer, pues una pariente del "doctor" Goyeneche presumía de los rasguños hechos en su pecho por el Libertador de América. Gabriel Antonio Goyeneche trabajó muchos años como maestro en una escuela rural.


Pero entró en barrena por sus extravagancias. Los inspectores y padres de familia lo tacharon de haber perdido la chaveta y ser un peligro para la educación de los alumnos. Huyó a Bogotá a mediados de los años cincuenta y dio rienda suelta a la vena política. Se hizo amigo de los estudiantes universitarios y se presentó a las elecciones de alcalde de Bogotá. Delante del busto de José Acevedo y Gómez, exclamó: "¡¡Salud, prócer ilustre!! ¡¡Vengo a recoger tu bandera para enarbolarla en el solio de los presidentes!!". "¡¡Viva Goyeneche, candidato del pueblo!!" -vociferaron los estudiantes que lo acompaañaban a la inscripción de la candidatura. Un fotógrafo quiso inmortalizar la escena, pero Goyeneche, dijo: "No me gustan los reportajes ni las entrevistas. Detesto las fotos. Sólo muestran el exterior del ser humano".


En 1958 encabezó la campaña a la presidencia de la República por el Movimiento Revolucionario Liberal. En plazas y calles hablaba con la gente, polemizaba, explicaba su programa de gobierno. Del mismo destacó su idea de pavimentar el río Magdalena (más de 1.500 kilómetros de largo). Sacó doce votos. "Los doce apóstoles" -dijo con resignación bíblica. En 1966 repitió por tercera vez la aventura de las elecciones presidenciales. Tras depositar su voto en la urna, tuvo una indisposición. Salió corriendo hacia una cafetería de la carrera octava. Más tarde, con el intestino aliviado, declaró: "Esto de ser candidato no es cuestión baladí. La angustia se paga con diarrea". Goyeneche se acostaba pronto. "A las seis de la tarde es media noche para mí". Pero ese día hizo un esfuerzo para conocer el escrutinio. Treinta y tres votos... "¡¡Treinta y tres!!" -exclamó-. Treinta y tres como treinta y tres años tenía Jesucristo cuando murió en la cruz. Treinta y tres es un número cabalístico. Esto quiere decir que los grandes días están por llegar".


En 1970 de nuevo retó a la fortuna. Enfrente destacaban las candidaturas de Misael Pastrana Borrero y Gustavo Rojas Pinilla. En una rueda de prensa, uno de los periodistas le preguntó: "¿Es verdad que usted inventó un remedio contra la calvicie?". "Efectivamente, y quienes siguieron mis instrucciones gozan de buena pelambrera"."Sin embargo" -replicó el periodista-, usted, doctor"... "Mis inventos no son para beneficio propio. Lejos de mí semejante ambición. Sólo trato de prestar un servicio". Goyeneche también inventó el inodoro sin agua ni papel higiénico. "Se trata de un escusado sin tubería de desagüe -explicó-. En vez de la tubería de desagüe se colocará un horno crematorio para convertir la mierda en caca. ¿Me hago entender?". Después de la última derrota en las urnas, perdió la salud. Sin embargo, en 1978, cuando estaba en el lecho de la muerte, los estudiantes universitarios inscribieron su candidatura a la presidencia. "Colombia está en el hoyo, vota por Goyo" -vociferaban por las calles. Pero Goyo terminó en el hoyo antes de las elecciones.

Murió sin ver colmada sus aspiraciones de transformar la vida de los colombianos, pavimentar el río Magdalena, terminar con alopecia de los hombres, implantar el inodoro sin agua ni papel higiénico.

domingo, 30 de mayo de 2010

Que gane el mejor: Gabriel Antonio Goyeneche Corredor

Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal, bendita tu memoria,insigne preboste!!!!

Tu memoria será bendecida por generaciones de colombianos y colombianas.  Ni Santos ni mockus tienen tu insigne altura.